Desde la lectura de J. Sandoval Moya es posible apreciar como la Psicología ha transitado por áridos caminos a lo largo de la historia, sin dejar exenta a la Psicología social en este devenir. El autor nos invita a revisar las apuestas de la Psicología y sus postulados que han dado origen al pensamiento que hoy día conocemos: aquellos postulados que nos perecen incuestionables. Transitar desde los orígenes del conductismo mas doctrinario y ver como estos postulados van cambiando, hasta llegar a convertirse en la metáfora del ordenador y más adelante ser aplicados en la Psicología social como “sociocognitivismo”, es lo que nos cuenta Sandoval con una mirada crítica y reflexiva. Desglosar las teorías y postulados no es tarea fácil, cuando se trata de descubrir aquellos supuestos que se esconden detrás de cada una de ellas; tanto en la Psicología, como en la Psicología social es sumamente necesario saber cuales son estos supuestos para poder comprender como se ha desarrollado la historia y el acontecer en el estudio de la sociedad.
Hemos llegado a entender la psicología social desde enfoques hegemónicos: que son claramente la respuesta a aquello que se ha validado desde las clases sociales dominantes. Desde los círculos de poder y desde el análisis más cercano a las ciencias naturales, con una epistemología que se acerca mucho al positivismo. Es posible que la historia de la Psicología y de las ciencias en general nos den algunas respuestas para entender como los paradigmas han cambiado pero se sigue validando una manera de pensar que tiene mucho que ver con modelos que profesan aquellos que tienen mas poder y que justamente se relacionan con las ciencias naturales, más que con las ciencias sociales.
Conocer como el sociocognitivismo ha logrado posicionarse como la corriente hegemónica en el quehacer y el pensar en la psicología social es lo que permite tener una visión más crítica. Poder pensar de una manera distinta la Psicología social es una apuesta para hoy en día, ya que la producción y las investigaciones buscan reafirmar todo aquello que ya está validado; y silenciar todo aquello que no encaje. Es por eso, que es interesante reconocer que no todo aquello que nos resulta accesible y que está validado y aprobado, es necesariamente lo que se debe entender como la Psicología social, ya que ésta debe ser la totalidad de las voces y no sólo aquellas que escuchamos como incuestionables.